sábado, 17 de septiembre de 2011

TORMENTA DE LA LIBERTAD DURADERA



"Dicen los ancianos del desierto que
cuando un grano de arena se levanta,
es que se avecina una tormenta"


Apocalipsis 9:3-5 Y del humo del pozo salieron langostas sobre la tierra; y les fue dada potestad, como tienen potestad los escorpiones de la tierra. 

Langostas caídas del cielo, escupiendo veneno,
han desplomado las torres de la abundancia,
las ansias de poder hechas añicos
sobre un mausoleo de escombros,

Cimas altas convertidas en sunami de polvo
suplicar de gritos consumidos bajo las llamas y el humo,
cuerpos desesperanzado arrojados al miedo,
sucumbiendo al vacío,
afectos al rescate del aliento de vidas sepultadas
y nubes de polvo cegando las salidas,

no hay salidas para las nubes de polvo,
sólo la máscara de la gran farsa,

la  gran farsa de disfrazar la codicia de venganza,
el oportunismo de cruzada,
la prepotencia de rabia,
la invasión de liberación

y así organizar una macrooperación de langostas

a corazón abierto,
para envenenar el mundo  
en nombre de una libertad duradera

Y un abrir las fronteras, sin bisturí ni anestesia,
a golpe de cuchilladas y realitys shows,
Y un movilizar caravanas de hombres blindados,
al son de las víboras del desierto
cavando surcos de desazón
por donde sangra,
el maldecir de los hombres,
el duelo de las madres,
el llanto de las muñecas
y las rutas del exilio

Langostas anhegando las calles de escombros,
esculpiendo paredes con obuses
ahogando los pozos con vinagre y sal,
dibujando amaneceres con trazos
de pólvora 
y carne quemada,

Y un pelotón de escorpiones
secuestrando la inocencia de un pueblo 
con el firme propósito de arrastrarla al paredón,
acribillarla,
                 ejecutarla

con el tiro de gracia de una tormenta de arena
y un epitafio gravado,

no existe más justicia que la de la fuerza,
 mayor seguridad que la del miedo,
ni más libertad que la de la propia muerte 




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