domingo, 13 de junio de 2010

ALZAR LA VOZ PARA ROMPER MUROS

La VOZ es el arma  de los naúfragos,
En los océanos infectados de tiburones.
La voz no la quebrarán los colmillos,
Ni las tormentas, ni el fuego del sol,
La voz siempre nos sobrevivirá                                    
porque la protege el viento...



José Agustín Goytisologo nos regalaba el 14.06.97 el siguiente artículo periodístico, "Silencio y miedo"

“No he de callar, por más que con el dedo,/ ya tocando la boca, o ya la frente,/ silencio avises o amenaces miedo”. (Francisco Quevedo)


Quevedo, en su “Epístola satírica y censoria”, se enfrenta a quien obliga a callar y a quien amedrenta. Avisar silencio, con el dedo índice en vertical sobre los labios, es señal dictatorial, antidemocrática. Equivale a no dejar que se escuchen o lean las razones adversas al poder, intoxicando a la opinión pública mediante sinrazones, en los medios de comunicación dóciles, o intentando acabar con los que discrepan.


Representar miedo mediante el gesto del índice en la frente, como un arma, puede sustituirse por amenazas públicas o privadas, ya sea personalmente, ya mediante una especial llamada telefónica. Así, imponiendo silencio o asustando al adversario, se pretende lograr una opinión unánime, un amilanamiento general ante un poder sin oposición, que en este país ya conocimos en su forma más pura y dura.



Aceptar el silencio y someterse al miedo es denigrante para la sociedad y mortal para la democracia. Sigue Quevedo: “¿No ha de haber un espíritu valiente?/¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?/¿Nunca se ha de decir lo que se siente?”. Callar ante una falsedad o un abuso de poder, por temor, es silencio cómplice

El valor de la palabra en "Tiempos de Ignominia" ,
 
En tiempos de ignominia como ahora
a escala planetaria y cuando la crueldad
se extiende por doquiera fría y robotizada
aún queda buena gente en este mundo
que escucha una canción o lee un poema:
ellos saben muy bien que la patria de todos
es el canto de la voz y la palabra; única patria
que no pueden robarnos ni aún poniéndonos
de espaldas contra un muro.

Que nadie piense nunca:
no puedo más y aquí me quedo. Mejor mirarles
a la cara y decir alto: tirad hijos de perra
somos millones y el planeta no es vuestro.

("Veintisiete voces para un único poema, veintisiete miradas para un mismo rostro", José Agustín Goytisolo)


LA PALABRA ES NUESTRA

5 comentarios:

  1. pero es un post hermosìsimo, por su actualidad y su esperanza con el puño en alto, gracias por compartirlo, un abrazo, Silvia

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  2. Gracias Silvia, gracias Casilda, porque sois voz y viento!!!

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  3. ¡Pero que retebueno es el Goytisolo!! Me gusta tanto este poema... ¡Gracias!

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  4. Es un poema bellísimo de Goytisolo!
    Comprometido y valiente!
    Y sin embargo...anda el miedo estrangulado en muchas gargantas ... porque las amenazas sutiles siguen atisbando y lamentablemente , la voz es acallada por el silencio.
    Excelente post!

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