martes, 10 de agosto de 2010

LA CRIMINALIZACIÓN DE LOS TRABAJADORES

"- Llamo para interesarme por la oferta de empleo que he visto anunciada en “…” el pasado “…” Me gustaría informarme al respecto.
- Bien, tal y como indicamos, el trabajo consiste en encargarse de un almacén, hay que saber mover un toro, montar los pedidos, controlar las salidas y entradas de material, encargarse de la oficina, de 8 a 18 con dos horas para comer…
- ¿Y el salario?
- Cuatrocientos euros al mes, ¿le interesa?”

Ésta es la reproducción de una conversación real mantenida a finales de julio entre un trabajador en situación de desempleo y un empresario en situación de explotador de mano de obra desempleada. El empresario ofrecía emolumentos por debajo del salario mínimo interprofesional con total desfachatez e impunidad. El chico no aceptó la oferta pero tal vez otra persona en situación desesperada sí que lo haya hecho. ¿Hacia dónde nos dirigimos, hacia el escenario sociolaboral de la primera revolución industrial, hacia una sobreexplotación cada vez menos encubierta?

Maquiavélicamente, el trabajador español, siendo de los que más horas trabaja y menos vacaciones realiza en comparación a los restantes países de la union europea, viene siendo objeto de una campaña de “criminalización” laboral , calificándolo de vago, cuentista, inflexible, y no sé cuantas más cosas. Interesa escurrir el bulto y azotar al débil, desvirtuar una realidad incómoda. Debemos insistir en que la situación de crisis que han vivido medianas y grandes empresas españolas no ha derivado de la falta de productividad de la mano de obra, no dejemos que nos engañen , sino de la deficiente gestión de las mismas, auspiciada por un  "laissez faire- laissez passer" de las autoridades económicas.

Si tenemos que culpar y sancionar debemos buscar a esos empleadores con nombres y apellidos, a los que el estado ahora viene a subsidiar, que por negligencia y/o ánimo de lucro sin límite ha generado la ruina económica de muchas familias, gravándolas con hipotecas leoninas de por vida por un lado y arrojándolas al arroyo del desempleo por el otro ( pensemos por sin ir más lejos en el presidente de la patronal española que ha quebrado parte de sus empresas y dejado en la calle parte de una plantilla a la que se le sigue debiendo dinero)

Ahora, parece que nos quisieran vender que la competitividad de las empresas depende exclusivamente de la flexibilidad (= menos salarios, menos derechos) de sus trabajadores. Que para acceder al techo y al pan hemos de ser más flexibles, que la prosperidad sólo deba estar al alcance de unos pocos y la austeridad y la subsistencia de la inmensa mayoría.

También se nos pretende convencer de que gran parte del paro deriva de que hay sectores donde el ciudadano autóctono no quiere trabajar, como sea el sector agrario en que para la recolección de cosechas y la producción de los invernaderos, se recurre sistemáticamente a mano de obra extranjera: subsaharianos, magrebís, rumanos, etc. Pero cómo se entiende, sin embargo, que este año más de 10.000 andaluces acudan a la vendimia francesa., Tal vez no dependa del sector ni del supuesto aburguesamiento de los ciudadanos sino de las condiciones de sobreexplotación que acompañan dichas ofertas.

Trabajadores somos todos, y no somos culpables del caos económico en que estamos inmersos,
¡Basta de manipular la opinión pública!,
¡Basta de envilecer las condiciones y derechos de los trabajadores!
¡Basta de engaños!

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