domingo, 5 de septiembre de 2010

LA CODICIA EXPULSA A SUS "VAGOS Y MALEANTES"


El artista ecuatorio Tomás Ochoa en su exposición Indios Medievales recreó a través de la animación uno de los grabados de De Bry , en que  los indios saciaban la codicia española dando de beber oro líquido a un conquistador cautivo, añadíendo la particularidad de que esos "indios monstruosos" eran reemplazados por inmigrantes laborales actuales.

El  pobre nunca ha sido bien acogido ni dentro ni fuera de las fronteras del pais que lo vio nacer, salvo para ejercer de mano de obra barata y  prescindible. Los gitanos rumanos y búlgaros son un colectivo de extranjeros pobres a los que el poder económico nunca les ha sacado tajada.

Y claro resultan molestos porque no llevan una vida ordenada, según los dogmas de la sociedad de consumo al uso, porque no resultan productivos,  porque no son asalariados ni cotizan, porque no están censados y por tanto no están controlados ni ejercitan el voto, porque no tienen hipotecas ni ahorros en entidades de crédito, porque no se afilian a los partidos póliticos ni a los sindicatos, porque no acuden en masa a consumir a  los centros comerciales, porque  no son sendetarios, porque no conocen patria, rey ni bandera, porque no viven atrapados  en esta ratonera que acoge a los ciudadanos obedientes.

Claro, son molestos y vagos a los que  hace unos años en España se les podía aplicar la Ley de Vagos y Maleantes dirigida a controlar elementos antisociales, a reprimir pobres y enemigos ideológicos. Son esos vagos , no por perezosos, porque vagan y no conocen de nación, ni casi de religión, y por ello no son tan manipulables. Porque viven en la marginalidad consciente, y los marginales siempre resultan molestos. Como los mendigos, esos seres incómodos que de vez en cuando los políticos se afanan en esconder de sus ciudades para “asear” la imagen de sus calles, y vender mejor sus escaparates. Y es normal que tanta molestia haya que remediarla o repatriando en el caso de los gitanos o sancionando como hizo Ana Botella a los que rebuscan en la basura porque de buena ciudadana es negarse a vivir en una ciudad y en una sociedad en la que tenga que aceptar que haya personas que vayan a rebuscar en la basura para comer. No se trata de garantizar la comida, el techo, el trabajo, la educación, la asistencia, etc, no, se trata de evitar que ensucien la imagen de nuestros estados desarrollados removiendo desperdicios, o montando poblados insalubres, por eso consideran su deber sancionar al que nada tiene con la expulsión, el exilio…, o quizás enjaulándolo en una perrera.



Todos podemos ser vagos, maleantes y distorsionadores del orden público , sólo hace falta que  seamos unos inadaptados  irrecuperables para esta sociedad de sedentarios inertes atrapados en una ratonera.

Hoy ya se mira mal al trabajador por defender sus derechos, su bienestar, y se aplican políticas económicas regresivas dirigidas a convertirlo en méndigo mañana, pasadomañana cuando proteste y reclame justicia seguramente se le considere un mendigo agresivo, y se le expulse o se le exilie,  o tal vez se le elimine de la faz de la tierra , por no esta a la altura de las circunstancias de alimentar y saciar la codicia del poder .

4 comentarios:

  1. "El pobre nunca ha sido bien acogido ni dentro ni fuera de las fronteras del pais que lo vio nacer, salvo para ejercer de mano de obra barata y prescindible."

    Has abordado con profundidad un tema social que está latente.
    Por lo visto rechazar a los marginales es un método recurrente, reiterado en todas las latitudes.
    Los políticos ocultan la existencia de los desposeidos... siempre" les resultan molestos".
    Y a un sector burgués y pacata ...también .
    Los mendigos afean la " prolijidad" hipócrita de las ciudades.
    Aquí ,en las cercanías de las opulencias de la city , de la aristocracia ... hay asentamientos de familias paupérrimas ( se llaman : villas).
    Y son foco de miradas soberbias,despectivas,enjuiciadoras... como si ser " pobre" fuera síntoma de delito.
    No saben como bien dices que están atrapados en una ratonera.Y desconocen los parámetros del altruísmo.
    Excelente artículo , Mak.
    Moviliza.

    ResponderEliminar
  2. En efecto, muy bueno. Me gusta que hagas incapié en que todos estamos en la ratonera, y bastante menos los que vagan.
    Y hoy empiezan con los gitanos, pero como nosotros no somos gitanos...

    ResponderEliminar
  3. Sí Casilda una ratonera en la que las propias víctimas como bien apunta Carmela tratan como apestados a los que vagan fuera de sus rejas
    Gracias por vuestros comentarios y un saludo

    ResponderEliminar
  4. Excelente análisis, amigo. Síntesis, concreción y certeza en tus palabras. Me lo llevo pal fasevú!!! abrazo!!!

    ResponderEliminar